Mitologia

Varias leyendas se cuentan de Orión y se contradicen entre sí. Una de ellas cuenta que Artemisa se había enamorado de Orión, lo cual despertó celos en Apolo, dios del sol y hermano gemelo de Artemisa, pues aquél tenía que cuidar de la castidad de ella. Un día Apolo, viendo a Orión a lo lejos, hizo una apuesta a su hermana desafiándola a que no podía asestarle una flecha a un animal (o a un punto brillante lejos en el océano, en otra versión) que se movía a lo lejos dentro de un bosque (o en lo lejano del mar). Artemisa lanzó su flecha y dio, como siempre, en el blanco. Cuando fue a ver su presa, se dio cuenta que había aniquilado a su amado Orión. Fueron tan grandes su tristeza, sus quejas y sus lamentos, que Zeus, padre de los dioses, colocó a Orión en el cielo para su consuelo. Se dice que un día Orión regresará para vengarse de Apolo y si no a él, a sus descendientes ya mortales y casarse con la descendiente de Artemisa.

En la mitología griega, Orión, el gran cazador, hijo de Poseidón (Dios del Mar) y Euríale, era conocido por librar al mundo de las bestias, y se decía que era tan alto que incluso podía cruzar el mar caminando por el lecho marino sin perder pie. Sin embargo, su poder, orgullo y prepotencia, le convirtieron en un ser presumido que afirmaba que nadie podría derrotarlo. Tal arrogancia despertó la ira de la Diosa Hera (o a Artemisa según otra versión), quien ordenó a Escorpión que lo mordiera en el talón para herirlo de muerte. Escorpión lo mordió y Orión le mató con su garrote. Desde entonces ambos son enemigos y ocupan posiciones diametralmente opuestas en la bóveda celeste: cuando Escorpión sale, Orión se oculta.

Orión está representado por un guerrero alzando su arco y cubriéndose del enemigo con un vellocino. A su lado se encuentran sus perros de caza: Canis Mayor y Canis Minor.

 

Osiris y Orion

   Los egipcios vieron la constelación de Orion como al dios Osiris sosteniendo en sus manos a la estrella Aldebarán o a Tauri.

  Isis está debajo, representado como la estrella Sirius, la más brillante del firmamento y que podemos ver en los cielos de Noviembre hasta Marzo. Para los egipcios su calendario empezaba cuando observaban a Sirius en su orto o salida poco antes de amanecer, fenómeno que se producía en junio y que por la precesión de los equinoccios se produce ahora a finales de Agosto  y que conllevaba la crecida del Nilo, fundamental para el control y desarrollo de la civilización egipcia.